Érase una vez una bailarina que se presentó a las pruebas para formar parte del Ballet Nacional Ruso. Se encontraba en la sala de ensayo calentando para el casting, y cuando estaba haciendo una pirueta... ¡vió al principal seleccionador del cuerpo de baile y coreógrafo de la compañía!
- ¿Le ha gustado la pirueta? ¿Cree que pasaré la prueba?- Preguntó la bailarina con ilusión en los ojos
- No seras capaz- Contestó el coreógrafo. Entonces la bailarina bajó la mirada, la decepción la invadió y se marchó a su casa sin hacer la prueba.
Años más tarde, la bailarina se encontró con el coreógrafo y le preguntó:
- ¿Por qué me dijo aquellas palabras tan duras aquella vez?
A lo que él contestó:
- Se lo digo a todas las aspirantes al cuerpo de baile, algunas se van y otras se quedan.
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